Leona Vicario y Andrés Quintana Roo
Leona Vicario fue hija única, nace en la ciudad de México en
1789, hija de una mujer noble criolla y un comerciante español. Leona adquirió
una esmerada educación y una sólida formación intelectual que la lleva a
comulgar con las ideas liberales. En 1807 mueren sus padres y queda al cuidado de su tío, el respetable abogado
Agustín Pomposo Fernández, quien también es su albacea.
Su tío la comprometió en matrimonio con el coronel y abogado
Octavio Obregón, pero en 1811 en el despacho de su tío conoce al abogado
yucateco Andrés Quintana Roo, también de
ideas liberales. Con él colabora, llena de entusiasmo, a favor de la protesta
criolla y profundizan en la ideas de la ilustración. Su tío no permite el
matrimonio bajo el argumento que el joven era pobre y de ideas revolucionarias,
ante la negativa Andrés se une al ejército de Ignacio López Rayón.
Leona gastó todo su patrimonio en ayudar a los insurrectos,
formó parte de un grupo secreto que daba apoyo a través de telegramas a los
insurgentes y hacia llegar a los conjurados dentro de la capital los informes
que Andrés le enviaba.
En 1813 es descubierta y denunciada como conspiradora, al no
delatar a sus compañeros le son consignados todos sus bienes y recluida en el
convento de Belén de las Mochas. Un grupo de insurgentes encabezados por Andrés
y disfrazados de oficiales virreinales la
liberan, la mantienen oculta por unos días en la capital, de donde escapa,
pintada de negro y disfrazada de mujer de arriero , con dirección a Michoacán,
al pueblo de Tlalpujahua. Ahí contrae matrimonio con Andrés, y a partir de
entonces se mantienen juntos al servicio de la insurrección.
Durante la guerra de independencia la pareja fue perseguida
y se escondió en la sierra de Tlatlaya (estado de México), en donde en 1817, en
una cueva de la montaña nació su primera hija Genoveva. En 1918 son aprendidos,
per aceptan el indulto y se trasladan a Toluca. Después de la independencia
tienen una labor destacada en la política mexicana. En 1821 Leona tuvo a su
segunda y última hija: María Dolores de la Soledad.
En el México independiente Andrés fue diputado, senador, ministro del
tribunal supremo de justicia y secretario de relaciones exteriores, mientras
que Leona fue la primera mujer periodista en México. Sus imágenes fueron representadas en la moneda de circulación de México.