Vida de Manuelita Saenz
la Libertadora del Libertador; “la más bella quiteña”; “la amante inmortal”; “amable loca”, como cariñosamente llamó Bolívar una vez a Manuelita Sáenz o simplemente a Manuela, como ella firmaba sus cartas y sus proclamas a favor de Bolívar. Hay que honrarla porque en aquella época de insondable ignorancia para la mujer en la sociedad colonial, Manuelita leía a Plutarco, escribía bien, bordaba como pocas artesanas. Sus artes las aprendió en un convento donde realizó su educación y fue la más insólita combatiente contra el colonialismo español en nuestro continente. Inteligencia y valentía hacían un haz en su personalidad.
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